SANTO DOMINGO. El ambiente ayer en el hospital infantil Robert Reid Cabral era tenso, con un aumento del personal de seguridad en las puertas que dan acceso al área interna del establecimiento de salud, centro de un escándalo por la muerte de 11 niños hace una semana, y que provocó la destitución del ministro de Salud, Freddy Hidalgo, y de la directora, Rosa Nieves Paulino.
Empleados pusieron a circular un manuscrito, sin firma, en el que piden la destitución de la administradora del hospital, Mireya Taveras, a quien acusan de maltratos.
Algunas madres con hijos internados en el hospital pediátrico tienen temor de que sus hijos mueran por las precariedades que adolece el hospital.
Entre ellas, está Magnolia Toribio de Torres, quien tiene una hija de 12 años de edad y hace dos meses adquirió una bacteria en la sangre durante su internamiento en el centro asistencial. Dijo que su niña tiene cuatro meses interna a causa de un tumor en la cabeza que ya le afectó la visión. La menor fue transferida del hospital pediátrico Arturo Grullón, de Santiago, para ser intervenida quirúrgicamente, pero no se le ha practicado, por la bacteria que le provoca fiebres a diario.
Toribio de Torres reside en Montecristi y tiene todos esos meses viviendo en el hospital, pues, asegura que no tiene familia dónde quedarse y que sus parientes no pueden viajar con regularidad a la capital.
Emergencia
La emergencia del hospital se mantuvo activa durante el fin de semana, así como los ingresos en el área, que obligaba a los médicos a acostar a dos pacientes en una sola cama, debido a la demanda y falta de plaza.
Fue el caso de una mujer de Yamasá, que pidió reservas de su nombre, quien tiene a su niño de ocho meses ingresado desde el pasado viernes en la unidad de urgencia, afectado de falcemia.
El infante fue referido del hospital público de Yamasá e inmediatamente llegó al Robert Reid Cabral recibió una transfusión de sangre.
Hasta ayer le habían hecho dos, pero esta vez, los padres tuvieron que costearla. La madre dijo que se siente satisfecha con las atenciones que recibe del personal médico que le asiste.
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