
No se necesita ser un
genio de la física merecedor un premio nobel o un adivino de la talla de
Nostradamus para saber que a Guido no le esperaban buenos resultados, no porque
éste no tuviera méritos suficientes para ganar, sino porque no existían las
garantías mínimas de una elección democrática.
De todo este proceso
lo que más llama la atención es el hecho de que Miguel Vargas y su equipo
parecen haber perdido todo tipo de perspectiva y conexión con la realidad
social y política que vive el país. Basta salir a las calles y escuchar las
expresiones de rechazo de todos los perredeistas, para darse cuenta que el
ingeniero Vargas no tiene ni el más mínimo chance de ser presidente de la
Republica, aunque se esfuerce en pensar lo contrario.
Pareciera que éste
prefiere hundir su partido antes que aceptar la derrota interna nuevamente y
reconocer que su partido y el pueblo en sentido general en este momento no se
sienten identificados con él, porque sencillamente no le ha ofrecido nada a
este país.
Guido ha venido de
menos a más y si sabe manejarse como lo ha hecho hasta ahora, no hay dudas que
se al final terminará siendo un ente importante el PRD y la política dominicana
en sentido general.
Este pueblo le ha
mantenido un amor inmenso al PRD, pero sus dirigentes se empeñan en hacerlo morir
cada vez que realizan un proceso interno, siempre matizado por el desorden y el
caos, como si vivieran en una isla aparte del resto del país.
A veces uno pecando de ingenuo le pide a los perredeistas que se pongan de
acuerdo para servir de contrapeso a esta democracia tan imperfecta, pero parece
que las ambiciones personales siempre pueden más que la patria, al parecer lo
que vale es ser candidato aunque no se tengan las posibilidades de ganar, en
vez de permitir que una nueva generación asuma un liderazgo distinto y apegado
a las exigencias de los nuevos tiempos.
Guido acudirá al TSE
en reclamo por las irregularidades que todos vimos en la prensa, pero el país
conoce a los intereses de quien responde ese alto Tribunal, por lo que el
resultado será el mismo de siempre. Con todos estos resultados solo nos resta
esperar que el PLD vuelva a juramentar su nuevo presidente el 16 de agosto del
año 2016 y en vez de tener un partido opositor, sea el mismo gobierno quien
contrate veedores para que hagan el papel de vigilancia que la oposición no
hace.
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